El estanque de expansión es un componente de seguridad vital en cualquier sistema de calefacción de circuito cerrado. Su función es absorber el aumento de volumen del agua cuando se calienta, protegiendo tu caldera y las tuberías de la sobrepresión y asegurando un funcionamiento estable y eficiente.
Sin un estanque de expansión, la presión del sistema aumentaría peligrosamente cada vez que la caldera se enciende, lo que podría causar fugas o daños graves. Este dispositivo garantiza la larga vida útil de tu instalación y optimiza el rendimiento, haciendo tu sistema mucho más seguro.
La capacidad del estanque (en litros) depende del volumen total de agua en tu sistema. Aquí te guiamos por las aplicaciones más comunes:
Para departamentos o casas pequeñas, usualmente se requieren estanques de 12 a 24 litros.
Para casas de tamaño estándar, las capacidades más comunes van de 35 a 100 litros.
Para grandes residencias o comercio, disponemos de modelos desde 150 hasta 500 litros y más.
Si no estás seguro del tamaño, nuestro equipo técnico te asesorará sin costo para que tomes la decisión correcta.
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Su función es proteger tu sistema de calefacción. El agua, al calentarse, aumenta su volumen. El estanque de expansión contiene una membrana y una cámara de aire que absorben esa expansión, manteniendo la presión del sistema estable y dentro de los rangos seguros.
Un estanque defectuoso es un problema serio. Notarás que la presión de tu caldera sube y baja drásticamente al encender y apagar la calefacción, y es probable que la válvula de seguridad gotee constantemente. Esto puede causar desgaste prematuro y averías en tu caldera y otros componentes.
Se recomienda una revisión anual de la presión de aire, generalmente durante el mantenimiento de la caldera. La vida útil de un estanque de expansión es de varios años, pero si detectas los síntomas de falla mencionados, debes reemplazarlo de inmediato para evitar daños mayores en tu sistema.